El utilero había
fabricado el cilindro, un elemento que contenía información para la fijación,
la auto determinación y la inventiva que se necesitaba en la Quinta Dimensión. En
la cuarta ya estaba casi desterrada la sujeción, dado el estado inmediato de
las cosas; la audacia no estaba contemplada ya que todo se sabía y mejor valía
la obediencia, sin atisbos de violencia. Todo ello, impactaba de lleno a la
inspiración y la quinta versión de la existencia estaba dando muestras de
estancamiento y, así, todas las extensiones existenciales se estaban
inmovilizando.
Los
componentes que contenía el cilindro, estaban fabricados con materia de la tercera
dimensión y aquello obligaba a que salieran de la cuarta y llegaran a las manos
de seres adelantados, en si mismos. Sin embargo, hacia adelante no podían
avanzar y la salida de tales materiales tenían que retroceder a la Extensión Contigua
Posterior (ECP).
De esta
forma el utilero encontró a Scender entre la vastedad de la cuarta dimensión y
le encargaba ingresar hacia la tercera para atravesar el cilindro, encontrar
seres adelantados y estos repartir los elementos que debían ser internalizados
por los seres vivientes, racionales y subconscientes que aceptaran invertir en
sus procesos existenciales.
El Utilero
le indicaba a Scender la situación:
-Ya debes estar claro que la trascendencia se ha estancado y en esta dimensión no podemos hacer mucho. Los amos de esta extensión tienen el control absoluto y abogan por no dejar que las cosas se salgan de su control. Están cómodos con que no exista fijación, no se perciba la “autojaculatoria” y la parábola sea desterrada…